La subida al Preikestolen con niños
Niñas en la ruta hacia el Preikestolen

La subida al Preikestolen con niños

El majestuoso Preikestolen es una de las maravillas naturales de Noruega. Es uno de esos lugares que todo el mundo quiere visitar, pero cuando vas con niños existen ciertas dudas. ¿Será peligroso? ¿Aguantarán la subida?

A nosotros también nos acecharon esas preguntas, buscamos opiniones de otras familias y al final nos lanzamos a intentarlo. Te adelanto el final: todo fue increíble. Y ahora te cuento un poquito más.

Vista cenital del Preikestolen

¿Qué es y dónde está el Preikestolen?

La traducción del Preikestolen es el Púlpito. Recibe este nombre porque se trata de una roca con una superficie aplanada y cuadrada, que parece tallada por la mano de un gigante. Está ubicado en el municipio de Forsand, en el condado de Rogaland, en el suroeste de Noruega, a 604 metros de altura sobre el fiordo Lysefjorden.

Este impresionante lugar dista sólo 25 kilómetros de la ciudad de Stavanger, la más importante en esta zona del país. Bergen queda a 244 kilómetros y Oslo a 583 kilómetros. Atrae a visitantes de todo el mundo, rodeado por la asombrosa belleza natural de los fiordos noruegos. Muy próximo está otro de esos lugares mágicos de Noruega, la roca Kjerag, aunque mucho menos accesible.

Desde el Preikestolen se divisa una gran panorámica del fiordo Lysefjorden. La caída abrupta, el tamaño de la roca y la sensación de estar en un lugar especial hace de esta excursión una experiencia inolvidable.

Cómo llegar al Preikestolen

Desde la ciudad de Stavanger, hay varias opciones de transporte para llegar al Preikestolen. Puedes tomar un ferry desde el puerto de Stavanger hasta Tau, y luego continuar en autobús hasta el inicio del sendero. También hay servicios de autobuses directos desde Stavanger hasta Preikestolen durante la temporada alta.

Si vas en coche, puedes estacionar en el aparcamiento que hay justo al inicio del sendero. Es de pago excepto para quienes se alojan en el albergue Preikestolen BaseCamp. También hay una oficina de turismo, un restaurante y comercios de recuerdos.

Nosotros pasamos una noche en este alojamiento para poder tener varias opciones de subida por si el tiempo nos lo impedía. Y acertamos porque al llegar hacía un tiempo maravilloso y decidimos subir en ese mismo momento. Al día siguiente salió muy nublado y no habríamos podido disfrutar del recorrido ni de las vistas.

Si decides quedarte aquí es muy importante que lo reserves con antelación porque se agotan rápido. Está en medio de la naturaleza y cuenta con acceso al fiordo, donde puedes realizar actividades. Tienen habitaciones muy sencillas y comedor.

Cuándo visitar el Preikestolen

El mejor momento para visitar el Preikestolen es en verano, sobre todo si viajas con niños. Cuando ya no existen peligros añadidos de nieve o deshielo. De junio a agosto, son ideales debido a las condiciones climáticas más suaves y los días más largos, aunque también es la época de lluvia. Es muy recomendable controlar el tiempo para tratar de subir en un día tranquilo. Y también son los meses con mayor afluencia.

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Visita al Preikestolen con niños

Normalmente, para una persona con condiciones físicas óptimas, la ruta de subida y regreso del Preikestolen puede durar unas 4 horas. Se tarda un poco más en la ida porque hay más subida. Son casi 8 kilómetros en total y una elevación de casi 500 metros.

Así pues, el tiempo que tú y tu familia vais a tardar en completar la ruta dependerá de la condición física de cada uno y de lo que tus hijos sean capaces de aguantar sin protestar. Nosotros tardamos un total de 5 horas y media, contando el tiempo que nos tiramos arriba simplemente admirando las vistas.

NIñas caminando entre rocas subiendo al Preikestolen

Antes de la subida al Preikestolen

Antes de llegar a Noruega mentalizamos a nuestras hijas para la excursión que iban a hacer. Durante semanas, les hablamos del lugar, mostramos fotos y comentamos cómo íbamos a subir. Ellas estaban muy emocionadas, tenían muchas ganas. Entonces tenían 7 y 4 años años. Están acostumbradas a caminar todos los días y a hacer viajes y rutas con nosotros, aunque nunca de este nivel.

Para hacer más fácil la subida, paramos tantas veces como quisieron, jugamos y llevamos comida y bebida. Hay que tomarse la ruta como lo que es, una subida con niños a un lugar increíble y con potenciales peligros. Por tanto, sonríe, paciencia y mucho ojo.

También es importante el vestuario: calzado adecuado para montaña, ropa cómoda, gorra para el sol y chaqueta por si corre el aire.

Debes tener en cuenta que, aunque en general el trayecto es seguro y bastante cómodo, hay partes con mayor dificultad, con rocas muy grandes, cuestas empinadas y bordes peligrosos. Todo el camino está muy bien cuidado, no verás basura y hay tramos muy amplios donde puedes parar a descansar.

Durante la subida al Preikestolen

Primera vista del Preikestolen desde el camino

El sendero se inicia con una fuerte subida de medio kilómetro por un camino de tierra que se va adentrando en una zona boscosa con muchas raíces que sobresalen del suelo. A continuación, el terreno da una tregua para cruzar un arroyo a través de una pasarelas de madera. Hay mucha vegetación y es un paisaje idílico.

Después llegan dos ascensos más, esta vez por un terreno más rocoso y lento. Hay rocas grandes que puedes superar ayudándote de cuerdas. En este tramo tendrás que ayudar a tus hijos porque las rocas son demasiado grandes para ellos. Después de esto, está prácticamente hecho, sólo queda el último kilómetro que es un ascenso suave.

Durante todo el camino irás viendo carteles informativos, que te indican cuánto queda para llegar al Preikestolen. Aproximadamente 500 metros antes, dile a tus hijos que se arrimen a ti y no les sueltes la mano. Díselo con antelación, que sepan que a partir de ahí no pueden jugar y deben, sí o sí, ir contigo. Cuando quedan unos 200 metros para llegar, el sendero se estrecha, hasta un punto, al final, en el que a tu izquierda queda el abismo y a tu derecha una pared de roca. Cualquier despiste o tropiezo te puede tirar abajo.

Son solo unos metros, luego les puedes soltar, aunque nosotros les dijimos que se sentasen y estuvieran tranquilas. Afortunadamente ese día se portaron muy bien.

Ya en la meta, la recompensa es superior. Si es temporada alta, verás mucha gente. Algunos hacen cola para hacerse fotos en el borde de la roca, otros se sientan en el suelo y descansan. Se puede subir más alto, para ello sólo tienes que desandar un poco y tirar hacia arriba.

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La bajada del Preikestolen

Normalmente se habla de la subida, pero se suele obviar la vuelta, que es cuando los niños están más cansados. A nuestras hijas se les hizo más pesada la vuelta y hubo varios momentos que tuve que cargar con ellas, incluso con las dos a la vez. La mayor llegó al albergue con calambres en las piernas.

Pero, una vez más, lo hicimos como un juego y también paramos, caminamos muy despacio e hicimos fotos. La vuelta es bastante más rápida, pero ellas ya lo habían dado casi todo en la subida.

En definitiva, si tienes la oportunidad, no te lo pierdas. Puedes subir al Preikestolen con niños y disfrutar de un lugar maravilloso. Es una ruta de dificultad moderada, que requiere cierta técnica. Si puedes prepararles antes, mejor, lo superarán sin problemas de ningún tipo. Vimos gente con sobrepeso que fue incapaz de llegar, porque la parte de las rocas exige mucho desgaste, pero los niños subían como si nada.

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