En el debate anual, familiar, para decidir el destino veraniego, este año ganó Polonia. La idea original era hacer un viaje más largo, pero por motivos familiares decidimos acortarlo a sólo cuatro días de visita, aunque cinco de viaje.
Esa idea original era visitar las principales ciudades polacas, dedicando un único a la mayoría de ellas. ¿Cómo decido cuántos días dedicar? Me baso en opiniones de otros viajeros, en las dimensiones de la ciudad y sus atractivos. También hay que fijarse si hay algún punto interesante cercano.
Antes de continuar he de decir que Polonia merece más días y espero que los tenga. Es un país enorme, con gran cantidad de posibles escalas, así que se puede visitar desde Alemania o camino a los países eslavos o Escandinavia.
Al final, como dije, el viaje fue más corto. Visitamos Varsovia, Gdansk y Cracovia, realizando todos los viajes en avión porque los billetes son extremadamente baratos.

Vuelos con Rynaiar y LOT
Salimos de Valencia un viernes, con llegada a Varsovia a las 23 horas. Como es normal en España, el vuelo de Ryanair se retrasó una hora, así que llegamos a medianoche. Digo que es normal en España porque en otras partes de Europa nunca vuelo con retraso con Rynaiar.
Ryanair aterriza en Modlin, un pequeño aeropuerto a 40 km de la capital polaca. Como no quería viajar en autobús a esas horas para después caminar hasta el alojamiento, contraté un transporte con la empresa local Shuttle24.
Su web es mala y hay pocas referencias, pero buenísimas. Me la jugué y salió espectacular. Nos estaba esperando un hombre que hablaba perfecto inglés y nos llevó hasta la puerta del hostal por 23 euros.
Nos alojamos a unas cinco calles del Palacio de Cultura, ese enorme edificio que Stalin regaló a los varsovianos hace 60 años y que se ha convertido en el icono de la ciudad.
Tras desayunar salimos pronto del hostal y visitamos con tranquilidad la ciudad. Varsovia tiene unos dos millones de habitantes pero es fácilmente visitable. Tiene muy buen transporte público y se pueden comprar tickets para usar durante 24 horas, que sirven para todos los tranportes.
Así que vimos el Palacio, fuimos al centro, hicimos un Free Tour con una chica polaca que hablaba perfecto español y mediodía teníamos casi toda la ciudad vista. Por la tarde fuimos al parque Lazienki, visitamos el barrio de Praga y volvimos al centro para verlo con otra luz. Cenamos y al hostal.
Al día siguiente nos recogieron los de Shuttle24 a las 6 de la mañana para llevarnos al aeropuerto, para viajar a Gdansk, al norte del país, con Ryanair, en un vuelo de 45 minutos.

Gdansk es una pequeña ciudad costera, con un precioso centro antiguo. No es grande así que se puede pasear y relajarse tranquilamente. Aquí pasamos una noche.
Dos días para la joya de Polonia
Al día siguiente nos embarcamos hacia Cracovia con LOT, la aerolínea polaca. En apenas una hora llegamos a la antigua capital de Polonia.
Decidimos dedicar el primer día a visitar la ciudad, primero por nuestra cuenta y por la tarde con otro Free Tour. Éramos pocos y el guía sabía mucho, así que pudimos disfrutarla aprendiendo mucho sobre la ciudad.
Lo cierto es que al principio Cracovia no me gustó, con tanto turista y servicios dirigidos al turista, pero con el paso de las horas acabó por encantarme. Es un lugar coqueto, inalterado desde el siglo XIII.
El día siguiente visitamos el campo de concentración de Auschwitz. Fuimos en autobús y durante tres horas nos contaron las «maravillas» que es capaz de hacer el ser humano. Es un lugar terrible, idóneo para recordarnos hasta dónde somos capaces de llegar.
La tarde la íbamos a dedicar a las minas de sal de Wielizcka, pero estábamos muy cansados y decidimos ir un rato al apartamento. Una hora después volvimos a la ciudad para disfrutar de un eterno atardecer y deleitarnos con la cena más cara del viaje: 30 euros. Comer en Polonia es un placer, para el gusto y para el bolsillo.
Al día siguiente despertamos pronto y nos marchamos al aeropuerto para volver a casa. Sin duda Polonia ha sido otro gran descubrimiento que espero poder ampliar próximamente.
Buen post! Pero tengo que discrepar contigo. La verdader joya de Polonia es Varsovia 😀 (no puedo decir otra cosa tras 10 meses viviendo allí).
La verdad que Polonia en general es una verdadera pasada. Un país que siempre recomiendo y especialmente, si a uno le gusta la naturaleza, la parte de los Grandes Lagos y el bosque de Bialowieza. Para una próxima escapada.
Saludossss!!
Hola Rafa. Varsovia me gustó mucho, pero pudimos ver solo lo principal. Espero volver para poder aprovecharla más y recorrer el país.
Gracias por comentar!