Rutas en el Pirineo aragonés con niños
Excursión con niños en los Pirineos

Rutas en el Pirineo aragonés con niños

Si has estado buscando las mejores rutas para hacer con niños en Ordesa, seguro que has encontrado sitios web que hablan de excursiones que han hecho y en las que sus hijos no han tenido problemas para hacerlas.

Sin embargo, casi todas esas rutas de las que hablan, las han hecho con niños más mayores, de unos 10 años. Nosotros viajamos con nuestras hijas de 6 y 3 años, así que nos plantamos en la agencia de turismo de Boltaña y nos ofrecieron toda una guía de posibles excursiones que hacer con ellas.

Si no quieres perderte entre las miles de rutas, te recomiendo que te acerques a la agencia de turismo. Te aconsejarán en función de tus objetivos, condición física y estación del año.

Evidentemente, tú eres la única persona que conoce la fortaleza física de tus hijos. Debes tener en cuenta si antes han hecho senderismo o si es la primera vez. Si nunca caminan, ni siquiera al colegio, no te propongas rutas muy largas.

En la agencia de turismo nos dijeron que todo influye y, como chiste, aunque con toda la certeza, añadieron que cuando los niños son vascos, no les recomiendan las mismas rutas que a los demás, porque estos ya vienen preparados de casa.

Rutas fáciles para hace con niños en Pirineos

En cualquier caso, de todas las rutas que nos dijeron en la agencia de turismo, hicimos casi todas. Y acertaron de lleno. Así que, estas son las rutas fáciles que puedes hacer con niños en Pirineos.

Miradores de Revilla

Ruta de los miradores de Revilla con niños

Esta excursión con niños por el Pirineo aragonés es perfecta para ellos. Es más, es una gran primera excursión, ya que con ella puedes calibrar si se cansan pronto o pueden aguantar algo más exigente.

Lo más importante de esta ruta es que pueden verse quebrantahuesos volando entre los cañones de Escuaín. Es una ruta muy fácil que lleva a varios miradores, a través el sendero de los miradores, que se inicia justo en la curva de la carretera antes de llegar a Revilla.

Si vas con niños pequeños, te aconsejo que hagas la ruta de ida y vuelta. Es suficientemente divertida y aventurera para los más pequeños. tardarás un poco más de 1 hora.

Si te atreves con algo más, puedes hacerla circular, al desviarte hacia Revilla tras visitar el último mirador (el de Angonés). Está todo señalizado. Esta ruta circular se puede hacer pesada para los niños porque incluye una breve ascensión, muy suave para los adultos.

En ambas opciones encontrarás espectaculares estampas del cañón del río Yaga y las Gargantas de Escuaín.

Hasta el inicio de la excursión sólo puede llegarse en vehículo. Se trata de un camino largo por montaña. No es peligroso, pero hay momentos en los que hay que reducir la velocidad porque el aslfalto no está demasiado bien conservado. Desde Aínsa, hay que tomar la carretera A-138 y dirigirse hacia Tella. Más adelante, encontraremos el desvío hacia Revilla.

Ermitas de Tella

Ermita de los Santos Juan y Pablo en la ruta de las ermitas en Pirineos
Ermita de los Santos Juan y Pablo

Si la anterior excursión se os queda corta, podéis hacer la ruta de las ermitas de Tella el mismo día. Es también una actividad fácil y corta. A paso de adulto se puede terminar en menos de una hora, aunque con niños pequeños te llevará algo más. Son 2,3 kilómetros de ruta.

Consiste en un paseo circular que lleva a visitar la ermita de los Santos Juan y Pablo, la ermita de la Virgne de las Fajanillas y la ermita de la Virgen de la Peña.

En algún momento de esta excursión por los Pirineos puede que te preguntes por qué hay tantas ermitas por aquí repartidas. La razón es que la Iglesia pensó que era una buena forma de espantar la brujería y las tradiciones basadas en creencias no cristianas.

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Para empezar la ruta debes desplazarte hasta Tella. Hay algunas plazas de aparcamiento en el mismo pueblo, aunque son insuficientes para la gente que sube hasta aquí, sobre todo en verano.

El sendero comienza detrás de la parroquia e inicia una pequeña ascensión. Luego, entre los árboles hay que caminar un buen rato hasta encontrar la primera ermita, que data del siglo XI.

Como puedes ves, se trata de una excursión muy tranquila, entre los árboles y sin dificultad. Se puede entrar en las ermitas, aunque no hay mucho que ver.

San Úrbez en el Valle del Añisclo

Ermita de San Úrbez en el Valle del Añisclo
Ermita de San Úrbez

Esta excursión es, seguramente, la más sencilla de todas. Es un camino corto, circular, que empieza en el aparcamiento del Cañón del Añisclo. El aparcamiento es pequeño, tendrá unas 15 plazas, aunque en la carretera que continúa ascendiendo se puede aparcar en los costados.

En temporada estival acude mucha gente, así que no te retrases.

La excursión dura alrededor de 45 minutos, se pasa un puente medieval, la ermita de San Úrbez, las cascadas del río Aso y las ruinas del molino de Aso, aunque de este último queda más bien poco. Ten en cuenta que por esta zona hay más rutas, así que permanece atento a la señalización.

Lo mejor de esta ruta es el camino para llegar hasta ella, ya que para ello hay que atravesar el cañón del Añisclo desde Escalona, a través de una carretera tallada en la roca de la montaña, de un único sentido y que discurre siguiendo el cauce del río Bellós.

El paisaje es realmente impresionante, con el río abajo y la montaña sobre el coche. La carretera transcurre un rato por el costado derecho y más tarde atraviesa el río por un puente, para finalizar la ruta por el margen izquierdo. Apenas hay espacio para parar, aunque hay dos lugares acondicionados para ello. Desafortunadamente no tienen buenas vistas.

Los Llanos de la Larri

Llanos de La Larri

Seguramente esta sea la ruta más complicada para niños en el Pirineo aragonés. Fue la ruta más larga de todas las que hicimos, pero el paisaje es majestuoso y se portaron muy bien. Es conveniente hacer paradas cada cierto tiempo y no tener prisa. La llegada a los Llanos de la Larri es un gran premio.

Lo bueno de los grandes paisajes es que parece que los niños también lo agradecen. A pesar de tratarse de una ruta algo más exigente que las anteriores, caminar con la cascada al lado es reconfortante.

Los Llanos de la Larri es la ruta más concurrida del valle de Pineta. Puede hacerla casi cualquier persona. Y, aunque durante nuestra bajada nos encontramos a gente mayor que aseguraba no poder llegar hasta arriba, nosotros lo hicimos con dos niñas de 3 y 6 años. Así que sí, se puede.

La ruta comienza en el aparcamiento, donde también está la oficina de atención. Pregunta antes de empezar si tienes alguna duda.

Hay dos caminos de llegar hasta los llanos. Nosotros elegimos subir por la más divertida, pero también más lenta, por el Camino de las Cascadas del barranco de La Larri y que consiste en un camino que sube, entre el bosque, junto a la cascada del Barranco de La Larri. Es mucho más exigente, porque hay escalones, está húmedo y es estrecho.

El otro camino llega también a este punto, pero atravesando el hayedo y subiendo un camino semi asfaltado. Este es el que escogimos para la bajada.

La llegada a los llanos es muy bonita, entre montañas, con la cascada del Cinca viéndose a lo lejos. Cuesta no detenerse y sentirse pequeño. Es un buen momento para reflexionar y también inmortalizar la aventura.

Ahora toca deshacer el camino y volver hasta abajo. A paso tranquilo, un adulto puede hacer ida y vuelta en hora y media. Con niños, mejor no poner tiempo. Nosotros tardamos unas cinco horas, pero paramos para almorzar, para comer, descansar y jugar.

Ruta circular en Bujaruelo

Puente románico de Bujaruelo

Esta ruta también corta es perfecta para un viaje a los Pirineos con niños. El valle de Bujaruelo está más allá de Torla, donde casi todos los visitantes suelen acudir, pero en verano el acceso está restringido, no hay agua, ni hay nieve, está todo seco.

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Así que decidimos, a recomendaciones del personal de la oficina de Turismo, continuar el camino y adentrarnos en este valle. Y qué gran idea. Fue todo un descubrimiento, porque nadie nos había hablado de Bujaruelo.

Desde la entrada al Parque de Ordesa, el camino por el valle transcurre por una pista forestal de tierra blanca. A la izquierda circular el río Ara. El final del camino llega hasta el refugio de Bujaruelo, donde hay una gran esplanada para campistas y otra para aparcar el vehículo.

A partir de aquí hay que caminar hacia el puente románico sobre el río, atravesarlo y seguir las indicaciones del recorrido GR-11. Se trata de un sendero llano, que avanza al lado del río.

Hay bosque, plantas, flores y muchos pájaros. Puedes cruzar el prado con tranquilidad, sin ninguna prisa, hasta llegar al puente de Oncins. A partir de aquí hay volver hacia el refugio por el otro margen del río, siguiendo la corriente del agua. Es en este lado donde encontrarás mejores vistas del paisaje, con el pico de la Excusaneta al fondo.

Embalse de Lanuza

Embalse de Lanuza
Foto: Gregorio Puga Bailón en Wikimedia

A través de esta ruta algo más larga que las demás, de 6,5 kilómetros de longitud, podrás visitar el embalse de Lanuza y apreciar las panorámicas de la Peña Fortata y de Sallent de Gállego.

El sendero está señalizado como PR-HU 92 y circula al lado del embalse. Es muy tranquilo y totalmente llano.

El coche se puede estacionar en el aparcamiento que hay tras el puente.

Ruta al castillo de Samitier

Embalse de Mediano desde Samitier

Si durante tu estancia en los Pirineos con niños también quieres visitar el embalse de Mediano, una excelente opción para verlo desde arriba es el castillo de Samitier.

La ruta transcurre a través de una pista forestal que da inicio en la fuente que hay al inicio del pueblo. Puedes estacionar aquí o un poco más adelante.

El camino no es tan bonito como los de las otras rutas, ya que está más seco y no hay tanta sombra. Es una pista en ascenso. Antes de llegar a la fortificación, te encontrarás con la ermita de Waldesca, que data del siglo XVI. Aunque la puerta esté cerrada, puedes entrar.

Tras la ermita, por fin comenzarás a ver el emblase de Mediano, más espectacular según vayas avanzando.

Subida a la fortificación de Samitier

El último tramo es el más complicado, ya que el camino está lleno de piedras y hay una última ascensión con cierta dificultad. En este punto, si vas con niños, deberías ayudarles para que no resbalen.

En primer lugar hay una ermita, que hay que atravesar para poder llegar al torreón. Como ves, aunque le llaman castillo, no lo es. Desde aquí hay unas excelentes vistas del embalse de Mediano y de los estrechos de Entremon.

Ruta circular del cañón de Abizanda

Panorámica de Abizanda

Un poco más lejos que Samitier está Albizanda, un pequeño pueblo en el que destacan sus casas y calles de piedra, pero sobre todo el torreón del siglo XI.

Es un lugar pequeño, que cuenta con una corta ruta circular que visita la cueva de Vichicanera y recorre el estrecho de Vichicanera. No hagas esta ruta si llueve o amenaza lluvia.

El sendero comienza bajando el pueblo, por las escaleras, hacia el pozo árabe. Verás las señales enseguida. Primero se llega a la cueva y, a continuación, la ruta sigue bajando hasta el estrecho.

No sé cuánto mantenimiento tendrá esta ruta, pero cuando lo hicimos nosotros hubo momentos de duda porque no teníamos claro por dónde continuaba. Había muchas plantas y cañas impidiendo el paso natural de la ruta.

En realidad, no hay mucho que ver, pero es divertida y una nueva aventura para los más pequeños. Al final del estrecho, hay que girar a la izquierda por un pequeño sendero que sube la colina y atravesar un puente de hormigón. Hay un cartel, pero no se ve porque está tapado por la maleza.

Tras el puente, solo hay que seguir subiendo unos metros hasta el pueblo.

Como ves, si viajas a los Pirineos con niños, hay aventuras de todo tipo y las van a disfrutar porque es un entorno diferente y mucho más divertido que visitar una ciudad.

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