La reina de las aerolíneas de bajo coste es, sin duda alguna, Ryanair. A lo largo de los últimos 30 años ha crecido hasta tal punto que es complicado encontrar a alguien que no haya volado con la compañía irlandesa.
Con permiso de Norwegian, es la más grande y la más ambiciosa de las low cost. Hay otras como EasyJet, Vueling, Wizzair, pero ninguna de estas llega a tantos aeropuertos.
Lo cierto es que se pueden discutir muchas de las políticas de Ryanair, y luego trataremos algunas, pero no se puede negar que han unido Europa por el aire y, gracias a ellos, volar es mucho más barato que hace 15 años.
Aunque yo echo de menos aquellos billetes por 1 euro o incluso 0,1 euros. Qué tiempo aquellos cuando Ryanair trataba de conquistarnos con precios locos. Aunque después de conquistarnos nos hacía pagar por no llevar el billete impreso o superar un céntimetro la anchura permitida para la maleta de mano. ¡Incluso se llegó a hablar de cobrar por ir al baño en el vuelo!
Razones para odiar a Ryanair
1- Asientos estrechos. Lo reconozco. Nunca he viajado tan incómodo como con Ryanair.
2- No puedes elegir el asiento. El no poder elegir asiento provocó hasta peleas en sus primeros años en España. Actualmente asignan automáticamente el asiento al hacer el check-in, a no ser que quieras pagar. Esto puede provocar que una pareja de novios no puedan sentarse juntos si facturan demasiado tarde, o incluso que a una familia le toque viajar separada.
3- Artimañanas para hacer pagar más por cualquier cosa. En los primeros años de esta aerolínea, vi a mucha pagar porque su maleta no cabía en el odiado medidor. Afortunadamente ahora son un poco más flexibles y la gente ya va preparadísima. Además también permiten desde hace unos años llevar dos bultos.
Sin embargo, yo que viajo con una niña pequeña tengo una queja. Me dicen que ella no pagará por el asiento, pero como es obligatorio que un adulto viaje a su lado, no me da otra opción que comprar el asiento de al lado (con el 50% de descuento) en lugar de asignarlo de forma gratuita. Y claro, también tengo que pagar por el otro para que la familia no viaje separada. Y por supuesto, donde ellos quieren, no puedo elegir cualquier zona del avión.
4- Ante cualquier problema, te enfrentas a un 902 atendido por personas con español no nativo. Y ale, a entenderse con ellos.
5- Mojarte si llueve, resfriarte si hace frío o asarte si hace calor. Son baratos porque no pagan por servicios que otros si. Así que no hay manga para subir al avión. A caminar por las pistas.
6- Si el avión va lleno, maleta a la bodega. Los vuelos suelen ir llenos siempre así que muchas veces toca dejar la maleta a pie de pista para que vaya en la bodega.
7- No dejan de molestar durante el vuelo. Nada más despegar anuncian su servicio de comida caliente y bebidas frías, después sus fabulosas ofertas de productos sin IVA, como perfumes y otros tonterías; y por último llega la rifa con la que podemos ganar hasta 1 millón de euros y viajes gratis.
8- Normalmente hay que esperar a que llegue el avión y normalmente suele hacerlo con retraso. ¿No has pensado por qué no hay bolsa en el asiento? Para no tener que recoger la basura. Así, aterrizan, bajan los pasajeros, limpian rápido, empiezan a subir los nuevos pasajeros, repostan a volar.
9- Las colas 50 minutos antes del embarque. Esto comenzó porque, como he dicho antes, no se asignaban asientos. Cada uno se sentaba donde podía. Pero ahora ya están asignados, así que ¿por qué se ponen a hacer cola?
10- El mensaje por megafonía que suena al llegar antes de tiempo al destino.
Razones para amar a Ryanair
1- Precios baratos. A veces muy baratos. Hay que saber buscar y esperar, pero se pueden encontrar verdaderas gangas en la web.
2- Ha democratizado los viajes. Ya no es necesario desplazarse a Madrid o Barcelona para encontrar vuelos baratos. Por ejemplo, Valencia tiene rutas con 17 países de Europa.
3- Vuelos rápidos y sin incidencias. Si bien es cierto que normalmente se sale con retraso, también es cierto que suelen llegar puntuales y los vuelos bastante tranquilos.
4- Ha mejorado su relación con los clientes. Ahora, llegar sin la tarjeta de embarque supone 15 euros, por los 30 de antes. Facturar una maleta grande cuesta 30 euros.
5- Dos bultos. Se puede viajar con una maleta de mano y otro bulto que quepa debajo del asiento.
6- Ya no hay trampas en el pago en la web. No cobran más por pagar con Visa o Mastercard.
7- Se puede corregir cualquier error en el billete en un plazo de 24 horas, cuando antes había que pagar una penalización.
8- Facilidad para viajar con niños. A pesar de lo ya comentado sobre los asientos, permiten viajar con carrito, ya sea de una o dos piezas. También son flexibles con los bultos.
Como puedes ver no he conseguido encontrar tantas razones para amar como para odiar, pero creo que el precio y el gran número de destinos son argumentos de gran peso.
Nunca diré que me gusta, pero tampoco la odio. Me gusta que me lleve donde quiero a bajo precio y me da igual tener que bajar a la pista, cargar con las maletas o que no me dejen dormir mientras venden cosas.
Y a ti ¿te gusta Ryanair o la odias? ¿Tienes alguna experiencia para contar?