Mi primer vuelo con Iberia lo hice recién cumplidos los 29 años. Sé que es difícil no haber volado antes con ellos y ser español, pero así es.
Lo hice a Nueva York, en junio de 2014, con uno de los nuevos Airbus A340-500 y me encantó. Había escuchado tantas malas opiniones de Iberia que temía encontrarme con viejas azafatas que te gritan al pedirles un poco de agua, pero me equivoqué porque la atención fue excelente.
Yo estoy acostumbrado a hacer viajes largos por la noche y este fue por el día. No sé si influyó en algo pero me pasé el vuelo viendo películas, disfrutando del servicio de entretenimiento y el viaje se me hizo corto.
La comida no fue nada especial. Pedí pasta y estaba buena. Yo es que cuando entro a un avión me dan ganas de comer, así que todo me parece bueno, excepto cuando volé con British Airways.
El espacio entre los asientos está bien. La estructura en clase turista está formada por tres filas, las de ventanilla tienen dos asientos y la central tiene cuatro. Como antes he dicho se trata de una nueva flota de aviones y se nota, tanto en la calidad de los materiales como en el sonido del avión.
¡Iberia mola!
Además, por primera vez en mi vida ví un conector USB en un avión. Ahora ya lo tienen casi todos, pero en aquél momento era una novedad. Esto te permite cargar cualquier dispositivo. El sistema de entretenimiento de Iberia tiene el fondo de color rojo, así que al entrar en el avión destaca bastante. Da muy buena imagen.
Luego en el aeropuerto estuvimos unas dos horas hasta que conseguimos salir de él y una hora más para llegar a nuestro alojamiento en Nueva York. Pero esto no depende de Iberia.
El vuelo de vuelta fue por la noche y ya no fue tan cómodo. Dormir en un avión es complicado y más cuando sabes que es la hora de dormir, que debes hacerlo ahora porque te espera un día largo. Pero en fín, aproveché para ver alguna otra película y dormí lo poco que pude.
