Qué ver en Toledo en un día
Monumento al ciclista Federico Bahamontes en Toledo
Monumento al ciclista Bahamontes

Qué ver en Toledo en un día

Toledo es una ciudad que invita a pasear, a ser recorrida sin mapa y perderse entre sus callejuelas. Parece que ya está todo dicho de esta ciudad. Se habla del Alcázar, pero hay tantos lugares que ver en Toledo que no está de más repasar los monumentos más destacados de esta urbe histórica.

Y es que Toledo ha sido muy importante a lo largo de la historia. Fue capital con los visigodos, ciudad imperial durante el reinado de Carlos I y ha sido ocupada por musulmanes, cristianos y judíos (por eso se conoce como la Ciudad de las Tres Culturas).

Sus calles son un crisol de culturas que no hacen más que enriquecerla. Toledo vivió una fuerte decadencia cuando fueron trasladadas las cortes de España a Madrid en el año 1561. Dejó de ser una urbe en boca de todos, pero siguió creciendo y, actualmente, es una pequeña ciudad, cómoda, dedicada al turitsmo y que no llega a los cien mil habitantes.

Desde el mismo momento en el que se divisa el Alcázar es fácil entrever que no se trata de un lugar cualquiera. Toledo destila historia y los paseos por estrechas calles empedradas, con fachadas de ladrillo y enormes puertas de madera, no hacen más que corroborar que estamos en una ciudad museo.

Qué ver en Toledo

Los principales lugares que ver en Toledo pueden visitarse en apenas un día. Es pequeña pero, para conocerla bien y visitar sus museos y sinagogas, necesitarás al menos un par de días. Por otro lado, la ciudad manchega está muy cerca de otros lugares turísticos como el castillo de Guadamur, los molinos de viento de Consuegra o las Barrancas de Burujón.

Alcázar de Toledo

Alcázar de Toledo visto desde el mirador del Alcázar

El Alcázar de Toledo es el símbolo de esta ciudad. Se trata del edificio más grande, una auténtica fortaleza militar construida en la parte más alta de la ciudad, en la que destacan sobre todo las cuatro torres, visibles desde muchos kilómetros antes de llegar.

Aunque es de origen romano, fue el rey Carlos I quien ordenó construir el edificio con el diseño que tiene actualmente. Como dato curioso, fue aquí donde el rey recibió a Hernán Cortés tras la conquista del Imperio azteca. Si bien el edificio es monumental y llama la atención, no es una maravilla arquitectónica. Actualmente está protegido como Bien de Interés Cultura y es la sede del Museo del Ejército.

Se puede acceder gratuitamente a la Biblioteca de Castilla-La Mancha y subir a la cafetería, que está en la última planta, desde donde se puede ver la ciudad.

En la parte del edificio que da al río, se encuentra la entrada principal, donde hay unas escalinatas que llevan al mirador del Alcázar, un pequeño jardín, muy tranquilo, con vistas al Tajo y a la otra orilla, donde destacan la Academia de Infantería y el castillo del albergue Castillo San Servando.

Puerta de Bisagra

Puerta de Bisagra de Toledo
Puerta de Bisagra de Toledo. Foto: Chensiyuan en Wikimedia

La Puerta Nueva de Bisagra es una de las puertas que dan acceso a la ciudad. La otra se conoce como Puerta Antigua, aunque en realidad la nueva es más vieja. Antiguamente era el único acceso a la ciudad desde el norte de la ciudad.

El monumento está formado por dos torres circulares, unidas entre sí en la parte alta. Están unidas a la antigua muralla de la ciudad. Probablemente sea en esta zona de Toledo donde mejor puede contemplarse el entramado amurallado.

Tras la puerta con forma de arco, se accede a un patio flanqueado por otras dos torres, en este caso cuadradas y rematadas con un tejado en forma piramidal. Similar a los del Alcázar.

Esta entrada conduce, a través de la calle Real del Arrabal, hasta la plaza Zocodover, pasando por el monumento a Bahamontes y el Paseo del miradero.

Muy cerca a la Puerta de Bisagra está la Puerta de Alfonso VI, también de época medieval y el acceso a las escaleras mecánicos que remontan desde esta parte baja de la ciudad hasta el palacio que actualmente ocupa la Diputación Provincial.

Mirador del Valle

Casco histórico de Toledo desde el Mirador del Valle

Al Mirador del Valle se puede ir caminando o en coche. Desde el puente de Alcántara hay unos 20 minutos a pie, por una carretera tranquila, aunque en ascenso.

El mirador está ubicado justo frente a los barrios más antiguos de Toledo. Puede verse el río Tajo y la catedral, el Alcázar y los tejados de color rosáceo. Es un lugar tranquilo, con un pequeño aparcamiento para coches.

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Cualquier momento es bueno para hacer una foto de esta postal de Toledo, pero el atardecer es seguramente el más mágico.

Un poquito más arriba está la Piedra del Rey Moro, desde donde se consiguen mejores vistas ya que está más alto. La parte negativa es que sólo puede subirse a pie, atravesando piedras en una especie de escalada. Es un recorrido no apto para pequeños y personas con movilidad reducida.

Plaza Zocodover

Plaza Zocodover de Toledo con el Alcázar al fondo

La Plaza Zocodover es algo así como la playa mayor de Toledo, que lo fue durante muchos años. Es el centro neurálgico de la ciudad, alrededor de donde se concentran gran parte de la oferta gastronómica.

El nombre es árabe y «significa mercado de bestias de carga», así que no hace falta imaginar mucho para averiguar su procedencia.

En 1589 un incendió destruyó la plaza y se aprovechó para rediseñarla, dejándola con la estructura actual, rodeada por edificios de estilo castellano.

La puerta grande que preside la plaza y da paso a una escalinata hacia la calle Cervantes, suele llamarse el arco de la sangre. No se conoce realmente el origen de esta expresión, aunque algunos aluden a la sangre derramada por las autoridades.

Casco histórico de Toledo

Calle del casco histórico de Toledo
Callejuela de la parte más cercana al río. Foto: Libby Penner en Unsplash

Los barrios que componen el casco histórico de Toledo son aquellos delimitados por las antiguas murallas. Sin embargo hay dos zonas muy particulares dentro del propio casco, como son las calles que bajan desde el Alcázar siguiendo el curso del río Tajo y la Judería.

Por aquí podemos encontrar, entre estrechas calles de adoquines, la iglesia de Santa Isabel o el Museo de Tapices. Lo cierto es que por estas calles es fácil perderse y casi es preferible. Aunque te guíes por un mapa, puede que no consigas ubicarte, así que sin miedo a perderte, lo mejor que puedes hacer es ponerte a caminar y dejar que tus pasos te lleven donde quieran.

Encontrarás grandes rejas, puertas de madera y pequeñas plazas empinadas. También verás algunos edificios en ruinas y otros muchos en venta. Es una zona que necesita una gran rehabilitación y estas son muy caras por las condiciones del terreno y la ubicación.

La otra zona particular del centro es la Judería, donde está la Escuela de Artes y Oficios, el Museo del Greco o el Palacio de Fuensalida. Si bien aquí la pendiente ya no forma parte del barrio, los edificios siguen apelotonándose unos con otros, entre pequeñas callejuelas con escaleras, pasajes y arcos.

Al final de la Judería está el Puente de San Martín y la Puerta del Cambrón, desde donde se puede iniciar un paseo recorriendo la antigua muralla.

En el centro de estas dos zonas de Toledo están los principales monumentos. Aquí las calles son algo más anchas, aunque no defraudan, los enormes balcones, las grandes rejas sobre las ventanas y el rojizo de las fachadas. Y en cada esquina una iglesia, un convento o una mezquita.

Monasterio de San Juan de los Reyes

Claustro del Monasterio de San Juan de los Reyes
Claustro del Monasterio. Foto:; Querubin Saldaña Sanchez

El monasterio de San Juan de los Reyes es una auténtica obra de arte construido y uno de los imprescindibles de entre todo lo que ver en Toledo. Fue construido, como casi todo en Toledo, en 1476 por orden de los Reyes Católicos.

El edificio es de estilo gótico y pertenece a los franciscanos, quienes guardan el centro desde su construcción. Lo más llamativo es el claustro de dos plantas, inundado de grandes bóvedas que parecen ventanales que iluminan las estancias. En el centro hay un cuidado jardín al estilo de la época.

En el año 1808, los franceses destruyeron la biblioteca, el retablo original y el edificio de la comunidad donde estaba el segundo claustro. Nada pudo recuperarse. Los franceses tenían la costumbre de destruir todos los edificios que abandonaban.

El monasterio está abierto todos los días de 10 a 18:45 horas. Cierra una hora antes en los meses fríos, de noviembre a febrero.

Iglesia de Santo Tomé

Iglesia de Santo Tomé en la calle del mismo nombre en Toledo
Iglesia de Santo Tomé en la calle del mismo nombre

En la Iglesia de San Tomé está «El entierro del conde de Orgaz», que es una de las obras más importantes realizadas por El Greco y que representa el entierro del señor de la villa en esta misma iglesia hace casi 500 años, quien además fue el benefactor de la rehabilitación de la iglesia en el siglo XIV.

Aunque la iglesia es bonita, lo más importante es que por 3 euros puede visitarse esta obra de arte. Además, está ubicada al inicio de la Judería, rodeada de comercios típicos toledanos y muy próxima al Museo de El Greco.

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Además del cuadro de El Greco, puede visitarse un retablo plateresco del siglo XVI y dos barrocos, una pila bautismal de mármol del siglo XVI, una imagen de la Virgen en mármol del siglo XII, tres lienzos de Luis Tristán y dos esculturas de la escuela de Alonso Cano.

Puente de Alcántara

Puente de Alcántara de Toledo con el Alcázar al fondo

El Puente de Alcántara lo tiene todo para ser el mejor lugar de entre todos los que ver en Toledo. Su ubicación sobre el Tajo, en una zona tranquila a las afueras del centro, cerca del aparcamiento por si tu visita es corta y con vistas al Alcázar.

El puente peatonal es de origen romano y fue levantado en el siglo III. Por esta calzada sobre el Tajo pasaba el camino que unía Mérida con Zaragoza.

Se eleva sobre el río 58 metros de altura, tiene dos arcos, que todavía conservan sus puertas de madera y antiguamente eran utilizadas como entrada y salida de al ciudad. Aunque ahora sólo queda una, inicialmente había dos torreones. El occidental fue sustituido por el actual arco en 1721.

En el siglo X tuvo que ser rehabilitado por los árabes. Y queda todavía una inscripción que habla de aquella obra y que cuenta que en el año 997 fue reconstruido por Alef, el hijo del alcaide Mahomat Alamerí.

Tres siglo después volvió a ser reconstruido por orden de Alfonso X, después de que una riada se lo llevase por delante. Los Reyes Católicos usaron el puente para cobrar el «Portazgo», un impuesto que sólo pagaban los extranjeros.

Catedral de Toledo

Catedral de Toledo desde la Plaza del Consistorio
Catedral de Toledo vista desde la plaza del Consistorio

Remontes mecánicos

Remonte mecánico de Recaredo
Remonte mecánico de Recaredo

Aunque no son un monumento ni tienen cientos de años, las escaleras mecánicas o remontes, supusieron para Toledo una revolución, ya que sus habitantes pudieron descansar y reducir el tiempo de subida al casco histórico desde los barrios periféricos. Para los turistas, son toda una atracción y a los más pequeños les encantan, mucho más que cualquier otro monumento.

Hay dos remontes mecánicos en Toledo. Las primeras escaleras inauguradas fueron las del Paseo de Recaredo, al lado de la Puerta Alfonso VI, al lado de la colina, en el año 2000. Hay diversos tramos que ascienden 40 metros hasta la Diputación.

Las otras escaleras son las de Safont, inauguradas en 2014 y muy utilizadas tanto por vecinos como por turistas, procedentes de la estación de autobuses, del AVE o del aparcamiento gratuito. Estas suben hasta el Paseo del miradero, que lleva por la calle de Armas hasta la plaza Zocodover.

Las escaleras de Toledo no están abiertas todo el día. Entre semana abren a las 7 y cierran a las 22 horas. Viernes y sábados se prolonga el horario de cierre.

Cómo llegar a Toledo

Monumento al ciclista Federico Bahamontes en Toledo
Monumento al ciclista Bahamontes

Toledo está en el noroeste de Castilla-La Mancha, a 1 hora en coche de Madrid, algo más de Ciudad Real y a casi 2 horas de Cuenca.

El desarrollo de la ciudad ha tirado hacia el norte, que es la zona menos montañosa. Precisamente de norte a sur pasa la autovía A-42, que es la que seguramente utilizarás para llegar hasta Toledo, independientemente de tu procedencia.

La entrada a la ciudad es muy fácil. Si te alojas en la ciudad y tu hotel no tiene parking, lo mejor que puedes hacer es dirigirte directamente a los aparcamientos gratuitos que hay fuera del casco histórico.

Si llegas a Toledo en autobús, la terminal está muy cerca del centro, con diversas conexiones de autobús urbano. Con ferrocarril no está demasiado bien comunicada, ya que sólo conecta con Madrid.

El trayecto en tren dura poco más de media hora. El billete cuesta 11 euros y no hay salidas a todas las horas. Es mejor mirarlo con antelación.

La estación de tren de Toledo es muy pequeña. Está ubicada en el otro lado del río, tras el puente de Azarquiel.

Dónde aparcar en Toledo

Toledo está muy bien preparada para recibir a los visitantes. Como ciudad monumental que es, para tratar de evitar el tráfico rodado en su casco histórico, el ayuntamiento ha habilitado varios aparcamientos gratuitos a pocos metros del centro. Son gratis pero suele haber gorrillas que piden una monedita.

Para ver Toledo en un día estos aparcamientos son perfectos, porque están cerca y en sitios seguros.

El mejor ubicado es el que está justo frente a la estación de autobuses, llamado Safont, con acceso próximo a las escaleras mecánicas que ascienden hasta el Paseo del Miradero, a pocos metros de la plaza Zocodover.

Otro cercano al centro es el de Azarquiel, ubicado en el otro lado del río Tajo, nada más cruzar el puente con el mismo nombre. Desde aquí se puede ir caminando hasta el puente de Alcántara y comenzar la lista de lugares que ver en Toledo de la mejor forma posible.

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