La ruta al Forat de Bernia es circular y discurre por el sendero oficial PR-CV 7. Parte desde Cases de Bernia y asciende hasta los 850 metros para atravesar un estrecho túnel excavado en la montaña que da paso a una de las mejores postales de la Comunidad Valenciana.
La sierra de Bernia toca los términos municipales de Alcalalí, Jalón, Benissa, Calpe, Altea, Callosa d´Ensarrià y Tàrbena, en el norte de Alicante.
Es una de las montañas más emblemáticas de la provincia, por su pasado histórico y su privilegiada ubicación, que ya fue utilizada en el pasado para controlar la llegada de los moriscos a estas tierras.
Aunque es sencilla, la ruta al Forat exige un mínimo de condiciones físicas. Puede ser superada por cualquier persona sin problemas de movilidad y por niños, quizá a partir de 7 u 8 años, siempre con control paterno. Hay zonas de la subida algo complicadas, donde el sendero se estrecha, entre grandes rocas y mayor pendiente.
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Llegar al Forat y consejos
A Cases de Bernia, partida perteneciente a Jalón, puede llegarse desde Benissa, por una carretera llena de curvas que sube por la ladera e la sierra, o desde Jalón, a través de una carretera con una pendiente elevada.
Ambos trayectos son muy transitados por ciclistas, así que hay que prestar especial atención al asfalto. No es una carretera en la que se pueda ir rápido. El trayecto es de aproximadamente treinta minutos desde ambos pueblos.
Benissa tiene salida directa de la autopista AP-7. Después hay que atravesar el pueblo y tomar la CV-antes justo antes de seguir hacia Calpe. A partir de aquí sólo hay que seguir la carretera hasta lo alto del camino, donde a la derecha se va hacia Jalón y a la izquierda a Cases de Bernia.
La ruta puede hacerse en verano, pero hay que evitar las horas de más calor y llevar agua abundante. No está de más consultar la meteorología antes de salir de casa y no hacerlo en caso de que hay previsión de lluvia o tormenta. No creo que nadie quiera estar en la montaña bajo una fuerte lluvia.
Inicio de la ruta al Forat de Bernia

En esta zona hay varios restaurantes. El coche se puede aparcar en cualquiera de los caminos de tierra o en los aparcamientos de los restaurantes. Es aquí donde encontramos la primera señalización y el comienzo del sendero. Tenemos la opción de ir primero al fuerte de Bernia, pero es mejor hacerlo bien y comenzar por el Forat.
Hasta arriba del Forat hay sólo 2 kilómetros. A paso ligero, se puede llegar en menos de una hora. El camino comienza tranquilo, entre los bancales de olivos y con vistas al valle. Hay sombra durante buena parte de la ruta.
Justo al llegar a la fuente de Bernia empieza la subida. La ruta al Forat se complica, el camino ahora tiene pendiente, el sol aprieta, la sombra escasea, hay que trepar alguna roca y atravesar un pedregal. En esta zona siempre suele correr brisa, así que incluso el día más caluroso, la brisa aparece para relajar a los excursionistas más atrevidos.
Lo mejor de todo es que cuando empieza el cansancio, aparece el Forat. La ruta es muy entretenida. Hay que hacerla con tranquilidad, no hay ninguna prisa por llegar arriba. Aunque hay poca sombra, han crecido dos o tres pinos perfectamente colocados para hacer una parada técnica y beber algo de agua.
El Forat de Bernia
La llegada al Forat es un tanto surrealista, ya que parece que el camino lleva hacia la pared, donde no hay más camino. Y sí, lleva a la pared porque hay un túnel excavado en la roca, que conecta esta parte de la sierra que está en la Marina Alta, con el lado que está en la Marina Baixa.
El túnel es estrecho y bajito, hay que andar de cuclillas, pero son apenas 10 metros. No hay tiempo para la claustrofobia.
Cuando el túnel se abre y te incorporas, el regalo es maravilloso. Ante tus ojos aparece una postal espléndida, con tantos detalles que es difícil detenerse en uno solo.
La hora de subida y el calor tienen su recompensa aquí. Es complicado no detenerse durante un buen rato, sacar fotos y contemplar desde lo alto del Forat la magnitud de la comarca.
Se ve a la izquierda Altea, el Puig Campana enfrente, la sierra de Aitana, Alfaz del Pí y la Serra Gelada después de Altea, los rascacielos de Benidorm al fondo y abajo los típicos invernaderos de nísperos de Callosa d´Ensarriá.
Justo al borde del camino que sigue, hay un pino perfectamente colocado, para subirse a él, relajarse, posar o simplemente acompañarle contemplando las vistas.
El Fuerte de Bernia

Cuesta continuar, porque no quieres dejar de mirar, pero el sendero de la Ruta al Forat sigue hacia el fuerte de Bernia. Hay mucha gente que decide no seguir y prefiere volver por donde ha subido, pero a partir de aquí el camino es mucho más sencillo.
La senda de tierra transcurre por la ladera de la sierra y tiene un punto destacado, que es el fuerte de Bernia. Mucho antes de llegar al fuerte hay una señalización de pinturas rupestres. Puedes subir si quieres, pero no se ve nada.
El camino tiene tramos muy fáciles y alguno más complejo, en el que hay que prestar más atención por presencia de rocas grandes.
El antiguo fuerte fue construido en 1562 por orden de Felipe II, con la intención de contener revueltas y ataques de moriscos y bereberes. Actualmente sólo hay ruinas, pero pueden apreciarse los restos de la prisión, alguna torre y los arcos de la construcción principal.

Lo cierto es que el paisaje impresiona. Es agreste y resulta curioso pensar que a esa altura y en un lugar con difícil acceso hubiese un asentamiento militar.
Hay aproximadamente una hora hasta el fuerte y otra más hasta el inicio del sendero en Cases de Bernia, de nuevo por camino de tierra, por la ladera oeste. La vuelta al aparcamiento es muy tranquila, por la ladera oeste de la sierra, desde donde se ve el barranco y enfrente el municipio de Tárbena.
Superada la montaña llegarás a un terreno en el que no es fácil adivinar por dónde seguir. Pues bien, sigue por la carretera de tierra, no te adentres en los campos porque no llevan a ningún lado.
Tras la ruta al Forat de Bernia, si llegas a la hora de comer, en cualquiera de los restaurantes que hay allí comerás barato y de calidad.