Trieste es una bonita ciudad italiana fronteriza con Eslovenia. Incluso si nos fijamos en el mapa, parece que Italia haya robado ese pedazo de tierra a Eslovenia.
Con unos 200.000 habitantes y situada en una ladera a orillas del Adriático, es lugar para el turismo, tanto propio como externo. Es una ciudad elegante que conserva sus fachadas tal como eran hace cientos de años. La plaza de la Unidad de Italia, la más larga de Europa, recuerda a la Praça do Comerço en Lisboa y un paseo por la Via Vincenzo Bellini y Gioacchino Rossini nos recuerda que justo enfrete está Venecia.
Pero más allá de las bellezas de esta ciudad, su atractivo más importante es su ubicación en el mapa. Algunas de las ciudades más importantes de Europa y de España tienen vuelos directos a Trieste, lugar que puede servir como inicio de unas vacaciones en Croacia, Eslovenia, Austria o Bosnia.
La Europa del Este es una gran desconocida para nosotros, pero cada vez tenemos más oportunidades de llegar hasta ella a buen precio. Ya existen conexiones ‘low cost’ con Bulgaria o Rumania y cada temporada se abren más con lugares como Zadar, en Croacia.

Desde Trieste hay apenas unos 30 km hasta Croacia, cruzando un pequeño trozo de Eslovenia. En el pequeño aeropuerto de esta ciudad italiana se puede alquilar un coche y recorrer gran parte de estos países con total tranquilidad.
De Trieste a Europa del Este
Como no recibimos demasiada información de esta parte de Europa, a veces podemos sentirnos reacios o incluso asustados, pero estoy seguro de que una visita a cualquiera de estos países será sorprendente.
En nuestras últimas vacaciones vimos cientos de europeos haciendo la misma ruta que nosotros, «bajando» desde Austria, Polonia, Alemania, Suiza o Hungría hacia Croacia, Bosnia y Montenegro. Son lugares preciosos, al alcance de cualquiera si se encuentra con tiempo el billete idóneo.

Piénsalo, ¿qué te impide ir más allá si te lo ponen fácil? Hay otros muchos puntos similares a Trieste, que se convierten en aeropuertos de partida hacia lugares más allá del propio. Como por ejemplo Stuttgart o Lyon, ciudades desde las que es fácil trasladarse para visitar sus alrededores.
Ya para finalizar, no es obligatorio empezar y terminar en el mismo lugar. Se puede aterrizar en Trieste y despegar, por ejemplo, en Viena. Todo es cuestión de investigar, ver las rutas que parten desde tu aeropuerto más cercano y dedicar un poco de tiempo a planificar.
¿No es mejor que reservar en un resort?