Descubre las mejores playas de la Costa Brava
Playa de Calella de Palafrugell en Costa Brava

Descubre las mejores playas de la Costa Brava

La Costa Brava alberga algunas de las mejores playas de España, rodeadas por un paisaje agreste y escarpado que las hace todavía más atractivas y a veces complica el acceso.

Las playas de Girona son generalmente de piedra, aunque también podemos encontrar algunas de arena. Son tan peculiares que a veces podemos disfrutar de arena y piedra en una misma playa. Las mejores playas de la Costa Brava se caracterizan, generalmente, por estar ubicadas cerca de bosques de pinos, forman pequeñas bahías con grandes rocas, que configuran el paisaje abrupto de la zona.

Aunque originalmente eran playas de pescadores y aún podemos ver algunas de estas barcas ancladas en la costa y los pueblos han mantenido el diseño de antaño, actualmente las localidades de estas playas están totalmente volcadas con el turismo.

Es en la temporada estival cuando pueblos como Cadaqués, Tossa de Mar, Lloret de Mar o Calella de Palafrugell multiplican su población y ven sus playas llenas hasta la bandera. Es conveniente que planifiques la visita a las mejores playas de la Costa Brava para intentar evitar pasar horas buscando aparcamiento o incluso no poder colocar ni la toalla en la arena.

Las 10 mejores playas de la Costa Brava

En cualquier caso, ya sea a pie, en automóvil o en barco, si has decidido visitar la Costa Brava, has elegido bien. Las playas y el paisaje te harán enamorarte de este lugar.

Una de las opciones que evitará esperas y agobios es alquilar un barco en la Costa Brava. Es una solución muy utilizada en esta zona, no demasiado cara y que te permite moverte con total libertad y disfrutar de calas más tranquilas y desde otro punto de vista. En Calella incluso hay un servicio en barco que va vendiendo helados por las embarcaciones.

Playa Sa Boadella, en Lloret de Mar

Playa Sa Boadella en Lloret de Mar

Aunque Lloret de Mar es conocida por su gran cantidad de oferta hotelera, disfruta de playas naturales protegidas a las que no se puede acceder en coche. Si te desplazas con vehículo, puedes dejarlo en las calles que limitan con el entorno natural, previo pago de 2 euros por 1 hora.

Desde ahí, sólo tienes que caminar unos minutos para llegar a una de las mejores playas de la Costa Brava. Esta es de piedra pequeña, por lo que puedes moverte sin escarpines.

El agua es transparente y fresca. No se hace mucho pie, porque desciende abruptamente, pero es cómoda igualmente. Tiene rocas a ambos lados y en la parte derecha se practica el nudismo. Verás que al final acaban todos juntos.

Cala Sa Tuna, en Begur

Cala Sa Tuna en Begur

La de Sa Tuna es una de las playas más idílicas de la Costa Brava. Como en casi todas las playas de Girona, es difícil llegar a ella sin coche y es complicado aparcar. No hay mucho sitio y es de pago.

Pero una vez allí, tiene todos los servicios necesarios para pasar un buen día. Se caracteriza por las casas blancas y la torre que corona el inicio del Camí de Ronda hacia las playas del norte de Begur.

Frente a la playa se encuentra la Punta des Plon, donde es habitual ver pájaros y barcos atracados sobre el mar. A la derecha de este saliente de la montaña, esta la cala S´eixugador, a la que muchos siguen cuando la de Sa Tuna ya está completa, aunque no tiene la misma belleza.

Playa Sa Conca, en Cadaqués

Playa Sa Conca en Cadaqués

Si vas a playas de Cadaqués en verano y no te alojas allí, no vayas tarde o te tocará esperar mucho tiempo en el coche. Cadaqués es muy bonito, pero es pequeño y en verano está lleno.

En la entrada al pueblo hay un aparcamiento de pago, donde la mayoría suele aparcar. Si el aparcamiento está lleno, nadie avanza, por lo que te quedas bloqueado. Y sólo hay una forma de acceder a Cadaqués.

El truco está en llegar pronto y si además no quieres pagar por aparcar, atravesar el pueblo y dejar el coche en el aparcamiento gratuito de la playa Sa Conca. Pasas unas horas disfrutando del agua y luego te marchas caminando y descubriendo otras calas como la de Se Sortell hasta llegar a Cadaqués.

La playa Sa Conca es de piedra y puedes disfrutar de un gran espectáculo bajo el agua. Verás estrellas de mar y todo tipo de peces. Es muy tranquila y no hay demasiada gente. No hay servicios cerca, así que no olvides nada.

Cala Pola, en Tossa de Mar

Cala Pola en Tossa de Mar

Aunque aparece en muchos lugares como una de las mejores playas de la Costa Brava, lo cierto es que no es fácil llegar a ella. El acceso a la misma se hace atravesando el camping Pola o descendiendo una senda por la montaña desde el Pola Giverola Resort.

Desde Tossa hacia Sant Feliu de Guíxols, hay un pequeño rincón donde puedes aparcar de forma gratuita, justo en la curva anterior al Resort.

La bajada es segura y se puede ir apreciando la belleza de esta playa con forma de bahía. No es demasiado ancha pero sí muy larga, por lo que según avanza el día puedes ver como se van completando todos los huecos.

La playa está rodeada de bosque de pinos y es un trasiego constante de gente yendo o viniendo de otras playas cercanas como la Giverola o Futadera.

Playa El Golfet, Calella de Palagrufell

Playa el Golfet en Calella de Palafrugell

No está en muchos listados de mejores playas de la Costa Brava, pero para mí es una de las mejores. Hay que acudir temprano, como a casi todas las playas de esta zona en julio y agosto.

No es una playa grande y se llena enseguida. Está flanqueada por rocas a ambos lados y también tiene unos salientes enfrente. Es profunda y tiene unas vistas del fondo increíbles. Se ve todo. Puedes nadar, hacer snórkel y simplemente freírte al sol.

Está en una zona residencial, con muchas calles repletas de coches de los residentes. Si vas temprano, encontrarás hueco fácil. Lo que nosotros hicimos fue venir primero a esta playa, pasar unas horas y luego recorrer el Camí de Ronda hasta Calella de Palafrugell.

Te recomiendo por completo este tramo del Camí de Ronda. Bajo la sombra de los pinos y a lo largo de unos 2 kilómetros, verás calas diminutas y encantadoras, algunas con vistas al pueblo. Después de haberlo recorrido todo, decidimos comprar comida y marcharnos a una de estas calas para comer con vistas y luego pegarnos un último baño.

Cala Futadera, Tossa de Mar

Cala Futadera en Tossa de Mar

Esta cala no la encontrarás recomendada en demasiados sitios, porque no es de fácil acceso. Pertenece a Tossa de Mar y está, más o menos, a medio camino de Sant Feliu de Guíxols. Se llega a través de la carretera Gi-682.

Hay sitio para unas pocas plazas de aparcamiento en lo que sería el aparcamiento «oficial» de esta playa, justo tras dejar atrás el de la playa Giverola. Nosotros no hemos tenido ningún problema, pero al parecer algunas personas han sufrido robos al dejar el coche en este aparcamiento.

Desde el aparcamiento hay una senda que desciende un pequeño tramo de montaña. No está acondicionado, así que si tu agilidad no es muy buena, puedes optar por descender por la carretera unos 100 metros y acceder por el camino asfaltado para vecinos.

La senda y el camino de aslfato se unen y conducen hasta la escalera que da inicio a la bajada a la playa. La escalera debió construirse hace años, será mejor que no te apoyes en el muro, por si acaso. Al final de la escalera llega la sorpresa y es que para acceder a la playa, primero tienes que mojarte un poco, al menos hasta la cintura.

No olvides los escarpines y levanta tus posesiones todo lo que puedas, camina despacio para no resbalar y listo, ya estás en la playa. Es pequeña, pero es tranquila y de arena.

Cala Estreta, en Palamós

Cala Estreta en Palamós
Foto: Isidro Jabato en Wikimedia

Es, como su nombre dice, muy estrecha. Cada verano hay menos arena. Y llegar hasta ella es una aventura, ya que hay que hacerlo desde la playa El Castell por el Camí de Ronda. No hay otro camino, por mucho que Google Maps te diga lo contrario.

El recorrido no es duro pero tampoco sencillo. Y allí no hay ningún servicio, así que tendrás que llevar todo lo que necesites. Sin embargo, lo bueno de tener que ir andando es que no suele estar abarrotada, excepto días contados.

Playa Illa Roja, en Begur

Playa Illa Roja en Begur

La illa Roja es de esas playas que te conquista en cuanto llegas. De ese tipo de lugares que sabes que son especiales aunque no sepas el motivo.

Puedes llegar con coche ya que hay aparcamiento de pago. El acceso es fácil.

Es una playa naturista, por lo que no verás mucha ropa. La playa de al lado, la de el Racó, no lo es, así que si tienes incómodo, puedes hacer un par de fotos y volverte.

No olvides los escarpines y ojo con el oleaje, porque es profunda, como otras de la Costa Brava, con la distinción de que esta playa no está tan protegida por la montaña como las otras.

Playa Grande, en Tossa de Mar

Playa grande en Tossa de Mar

Aunque no es una playa que destaque por sus virtudes naturales, ya que se trata de una playa larga y ancha, su ubicación con vistas a las murallas y la antigua villa de Tossa de Mar, la convierte en mi opinión en una de las mejores de la Costa Brava.

El agua es muy clara y además hay todo tipo de servicios, tanto para actividades acuáticas como de recreo.

Tiene un pero y es que en Tossa de Mar no es nada fácil aparcar en los meses más veraniegos. Como en las anteriores, lo mejor es madrugar e incluso así, será difícil encontrar sitio, al menos gratis. Existen diferentes aparcamientos repartidos por Tossa, solares reconvertidos, que cobran entre 8 y 12 euros por día.

Cala Aigua Xelida en Tamariu

Cala Aigua Xelida en Tamariu
Foto: Matías Callone en Flickr

Tras las montañas de Begur y enclavada entre rocas, la cala Aigua Xelida es una de las más agrestes de este listado de las mejores playas de la Costa Brava.

Es difícil encontrar aparcamiento en verano porque alrededor hay chalets. Otra opción es ir caminando desde Tamariu, en un camino que bordea la costea protegido por la sombra de los pinos.

Es bastante pequeña, aunque creo que sería la playa perfecta si estuviésemos solos.

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