La cala del Llebeig es una pequeña playa de piedra, en Benitatxell, con pequeñas casas de pescadores, barcas de madera y sin acceso directo por carretera, escoltada por los acantilados que dan forma a la falda del monte Puig del Llorença.
Las olas golpean con fuerza en invierno, dando forma a las grandes rocas que rodean la playa. En verano, los bañistas llegan en busca de un rincón tranquilo donde pasar el día descansando y buceando, o para refrescarse antes de continuar la ruta.
Es un bonito y recóndito lugar en el que disfrutar del mar y descubrir diferentes vistas del lugar desde las rocas de los laterales. Durante la época estival, el mejor momento para visitarla es por la mañana, ya que por su posición, el sol dejará de alumbrar la playa entorno a las 18 horas.
Dónde está la cala Llebeig
La cala está ubicada al final del barranco de la Viuda en Poble Nou de Benitatxell, muy cerca de la cala Moraig y de la cala El Portet de Moraira.
Benitatxell es un pequeño municipio de interior que no supera los 5000 habitantes. Sin embargo, su mayor belleza reside en la costa, configurada de forma abrupta, dando continuidad a gran parte del litoral de la comarca de la Marina Alta, formado por grandes acantilados que dan lugar a pequeñas playas como la del Llebeig, de difícil acceso y con sorprendentes formas y colores.
Una de las estampas que más impresionan de Benitatxell es su montaña. El Puig de Llorença, además de ser un lugar de peregrinaje ciclista, se ha convertido en una macro urbanización que apenas ha dejado trozos de la montaña sin edificar.
Como si de un enjambre se tratase, en la ruta hacia la cala encontrarás todo tipo de complejos turísticos y chalets más o menos grandes, que en algún momento tuvieron vistas al mar, hasta que les construyeron delante.
Aunque Benitatxell tiene 2 kilómetros de costa, sólo tiene tres calas: la dels Testos, la de Llebeig y la del Moraig, que es la más conocida, por su belleza, singularidad y por contar con la Cova dels Arcs, totalmente esculpida por el mar a lo largo de los años. Es también la única de las tres a la que se puede llegar en coche hasta la misma línea de playa, aunque cada año está más protegida.
Cómo llegar a la cala Llebeig
La del Llebeig no sufre masificación porque es mucho más difícil acceder a ella. Sólo puede hacerse por mar o caminando, a través de los 2 caminos que forman parte del sendero SL-CV 50.
El primero y más largo es la ruta de los acantilados, que parte desde el aparcamiento de la cala el Moraig y lleva a la playa en alrededor de una hora. Es un camino, no peligroso, pero en el que hay que tener cuidado, ya que bordea el acantilado y no hay ningún tipo de protección.
Para llegar a la cala Llebeig es más fácil por el otro camino, ya que parte desde el final de la carretera de la urbanización Cumbres del Sol. Llegar hasta ese punto no es difícil si te guías por un navegador, ya que moverse entre las calles de la urbanización, al menos la primera vez, puede ser bastante difícil, por la similitud de las mismas.
Existe un diminuto aparcamiento donde puedes dejar el coche si llegas muy pronto. Caben unos 10 vehículos. En caso de que no encuentres sitio, puedes dejarlo un poco más arriba, donde hay plazas habilitadas en la carretera.
En el navegador debes poner Parquing cala Llebeig, en la dirección carretera a la cala. Verás que la carretera no continúa más y aparece el barranco de la Viuda. A partir de ese momento tienes que caminar. El principio es fácil, una escalera de hormigón, pero serán entre 10 y 15 minutos por un camino de tierra y piedras, a veces resbaladizas.
Mi recomendación es que vayas con zapatillas o, al menos, con escarpines. No es un camino difícil, pero tendrás que subir, bajar y agarrarte a rocas grandes. Todo el camino está señalizado con las marcas blanca y verde del sendero, síguelas ya que hay ocasiones en las que la intuición puede hacerte tomar algún atajo que complica el camino.
Cualquiera puede hacer el camino, desde niños hasta personas mayores sin problemas de movilidad. Sólo hay que caminar con precaución y mirar bien el suelo. Con bebés y niños pequeños se puede ir, pero con estos en brazos y con la ayuda de otro adulto para superar las partes más complicadas.
¿Es bonita la cala? ¿Merece la pena? En las fotos puedes ver que sí, es bonita. En mi opinión la cala Moraig es mucho más impresionante, pero el valor de esta cala es que no está masificada y que incluye un poco de aventura para llegar hasta ella.
Historia de la cala Llebeig
La cala Llebeig está asociada históricamente a los pescadores, quienes la usaron durante años como refugio para sus barcas. Sin embargo, por la configuración del litoral, esta y otras calas fueron antes utilizadas por piratas y, más tarde, en el siglo XIX, por contrabandistas que introducían tabaco, azúcar, armas o café.
Existen diferentes construcciones como la torre de Ambolo en Jávea o la del cabo de Moraira, desde las que se vigilaba la llegada de piratas. También fueron construidas pequeñas casas para los carabineros, que se encargaban de luchar contra el contrabando.
Esas pequeñas casas son las que han perdurado en la cala Llebeig y que ahora son utilizadas como residencia de verano en un entorno inigualable. Son construcciones muy pequeñas, pegadas a la playa y que no permiten grandes lujos.
Toda la zona es un escenario perfecto para el submarinismo, ya sea profesional o el más simple con unas gafas y un tubo. Al tratarse de zonas escarpadas y profundas es muy sencillo ver abundante fauna y flora a pocos metros de la costa. Es algo habitual en toda la Marina Alta.
Por dejar una última curiosidad, Llebeig es el nombre que recibe en valenciano el viento de sudoeste. Suelen ser vientos cálidos y muy secos, a veces acompañados por polvo del Sáhara.
