Auschwitz no es un parque de atracciones ni un lugar de paseo. Que la gente lo visite no significa lo contrario. Que haya que pagar para visitarlo no quiere decir que sea un centro turístico.
Hay que gente que se indigna cuando sabe que el antiguo campo de concentración de Auschwitz es visitable. Parecen olvidar que aquí se cometieron las mayores atrocidades del mundo moderno.
Este campo de concentración es el recuerdo de lo terribles que podemos llegar a ser. Y, en mi opinión, es necesario para mostrarnos todos los días que el ser humano no es perfecto y que sus miedos pueden convertirnos en monstruos.
Visitar Auschwitz duele
Los caminos, los barracones y los edificios están tal y como los encontraron los soviéticos cuando llegaron allí. No ha sido adaptado. No hay pasarelas, no hay cemento y no hay ascensores. Viajar con niños puede ser desesperante, porque además de las dificultades del camino, no permiten acceder con carrito a los barracones.
Los minusválidos también tendrán muchas dificultades para visitar el campo. No encontré nada que facilitase el acceso. Por eso decía al principio que no es un lugar de paseo. No han querido alterar nada del lugar, porque entonces ya no sería lo que quieren que sea.

Auschwitz se encuentra a hora y media en autobús desde Cracovia. También se puede ir a Auschwitz en tren hasta Oswicie y caminar unos veinte minutos hasta la entrada del campo.
Recomiendo comprar las entradas con anticipación, de forma online. Hay visitas guiadas en los idiomas más importantes, pero tienen plazas limitadas. Hay que llevar la entrada impresa o en el teléfono.
Una vez allí, hay que buscar una persona que lleve un cartel con nuestra hora de entrada. Unos minutos antes, nos harán pasar, revisarán nuestras pertenencias y nos darán unos auriculares. No se pueden entrar mochilas, pero se pueden dejar en unas taquillas que hay al lado.
La visita recorre los pabellones donde dormían los prisioneros de Auschwitz. Se hace muy duro tratar de visualizar cómo vivían allí. Tan duro que es fácil pensar que no habría durado más de un par de meses.
Birkenau es la continuación de la barbarie
Quién allí sobrevivió fue por casualidad. En los diferentes barracones hay exposiciones con fotografías, maquetas, recuerdos e instrumentos. Por ejemplo, hay toda una sala con cabello cortado a las mujeres y otra con zapatos.
Tras visitar las celdas y la cámara de gas de Auschwitz, la visita continúa en Birkenau, la expansión del campo de concentración, inacabado, donde se llega con un autobús gratuito.

Este campo de concentración es todavía más impresionante, fue construído con ese fin, no como el de Auschwitz, que fue un centro militar reconvertido tras ser abandonado por los polacos.
Birkenau tiene decenas de hectáreas de campo verde, invadidas por barracones de madera y una larga vía de tren, incluida en el campo para hacer más rápida la llegada de los prisioneros a las cámaras de gas. Se puede llegar a pensar que es un lugar tranquilo, bonito, si no fuese porque allí murieron miles de personas.
Sobre estas vías los nazis decidían quienes seguirían con vida y quienes terminaban su camino, en general niños, mujeres embarazadas y personas mayores.
La visita a Auschwitz-Bikernau es devastadora, pero nos recuerda y enseña cuán horribles podemos llegar a ser. Obligatorio durante nuestra visita a Cracovia.
Hola:
Muy interesante tu publicación, enhorabuena. Yo escribí hace tiempo un post para ir en transporte público desde Cracovia hasta Auschwitz-Birkenau.
Saludos